Puede que este SVE dure tan sólo un mes, pero estoy segura de que cambiará la vida de muchos. Estos días han sido bastante relajados. Paseos, visitas al supermercado, tardes en terrazas gracias al buen tiempo... Aunque también hemos tenido actividades, por supuesto.
Hemos hecho un flyer con fotografías de todos que se va a repartir por la ciudad para promocionar el festival. Hemos practicado para el primer flashmob (que también es promoción) que tendremos que realizar en la calle principal el lunes que viene. Bailaremos una canción de High School Musical. Le hemos cambiado parte del baile, pero el estribillo es el mismo que en la película. Fuera vergüenza, ¿no?
Una mañana, "Mario" y yo fuimos voluntariamente a participar en una actividad de difusión con Angelica, Francesca y Delia. Básicamente, tuvimos que repartir folletos delante del ayuntamiento vestidos como vendedores de comida rápida. La verdad, es que uno no ha sabido lo que es una mirada de desprecio hasta que hace esto...
Materiales para repartir
Vendedores de comida rápida
El martes por la mañana tuvimos un encuentro en el ayuntamiento con el alcalde. Y por la noche fue la cena búlgara. Fuimos a un restaurante de un hotel de verdad (no como el nuestro, que en fin, cada día da más pena), comimos comida típica y una pareja bailó a ritmo de una especie de gaita (que debe ser un instrumento típico de aquí). Habría sido una noche normal de no ser porque había barra libre de vino, y claro...
Encuentro en el ayuntamiento
Stefano, Burak, Francesca, "Mario", yo, Delia y Angelica
El jueves nos llevaron de excursión todo el día. En teoría, íbamos a ir a Étara nada más, pero al final nos llevaron a cuatro sitios distintos. No tengo muy claro si me quedo con Tryavna, pueblecito de cuento con mucho encanto; o con el último lugar, que no recuerdo el nombre, pero me encantó porque me recordó a Galicia.
Tryavna, pequeña, acogedora y de cuento
Molinos en Étara
Stefano en una especie de fin del mundo
Alguno os estaréis preguntando por qué el título de esta entrada. Lo sé. Tranquilos, mi nuevo amor es la 'palachinka'. No sé cómo he podido vivir sin comer eso. ♥♥♥♥ Pero alguna otra historia empieza a surgir en este pequeño Gran Hermano. Ayer, primero por la tarde desaparecieron uno de los turcos con una de las italianas. Y después, por la noche, otras dos parejas. Una para mí estaba clarísima, pero respecto a la otra no salgo de mi asombro.
¡Probadla ya!
No sé si fue magia, los chupitos de tequila o la cerveza, pero la noche de ayer (estoy esperando a que me den noticias) fue épica. Seguro. Y hoy, caza del tesoro por Sliven y cumple de Agnese, la letona. Not bad!
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