miércoles, 2 de octubre de 2013

C'é vento!

Ayer fue el día del viento. Tras levantarme, ducharme y arreglar la habitación, bajé comer y apareció por fin un voluntario de mi proyecto. Hussein es turco, tiene 26 años y ha estudiado cine. Me cayó bien al instante. Comimos juntos y luego lo llevé a enseñarle la calle principal donde se hace vida en Sliven. A las dos, nos encontramos con Delia, Angélica y Francesca enfrente al museo para ayudarles en una actividad de su proyecto de voluntariado. 

Durante una hora, los cinco ayudamos a varios niños de un orfanato con problemas de discapacidad en una actividad hecha con plastilina. Es una trabajo reconfortante. No te entienden y no les entiendes, pero su risa y su sonrisa lo dice todo. 

Luego los acompañamos al orfanato y fuimos a la Youth House, nuestra organización de acogida del SVE. Allí estaba mi amiga, la señora que no apareció a buscarme, que nos explicó un poco lo que iremos haciendo estos días y que a las 10.30 teníamos que ir a buscar a tres italianos de mi proyecto a la estación de bus. Aquí apareció Doygu, otra voluntaria turca. Poco a poco ya íbamos formando grupo. 

Tras ir Hussein y yo al súper, cada uno se fue a su habitación hasta las 18.30, cuando nos fuimos a un concierto, al que también se unió Agnese pero no Delia. La verdad es que estamos teniendo suerte, porque Angélica me dijo que normalmente en Sliven no hay tantas actividades. 

Concierto en el la galería de arte

Luego cenamos, fuimos al piso de las italianas a hacer tiempo hasta que nos tocara ir a la estación de buses, donde ¡sorpresa!: fuimos a esperar a nadie, porque los tres italianos habían llegado antes y se fueron al hotel en taxi. Un punto más para esta señora... Así que me reencontré con Stefano y conocí a las otras dos italianas (Débora y Manuela ).

Y hoy pues no sé qué nos tendrá preparado el día, pero ya han llegado dos italianos más: Federico y Érica, ¡mi compañera de habitación!

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